2020 nos ha sorprendido, un año diferente que nadie se esperaba. Todos, en una forma u otra, hemos tenido que reinventarnos, sacar fuerzas y luchar duro para salir adelante. En mi caso todo ha dado un giro, he vuelto a mi antigua profesión, diez años después, por necesidad y deber moral.

Cuando empezó el año tenía lista mi tienda en Elche para abrirla al público. Ampliamos el taller disponiendo de todo el espacio del entresuelo, y el bajo, una antigua frutería se quedó convertido en un coqueto atelier. Pero justo cuando estaba a medio tramitar la apertura, el confinamiento nos sorprendió a todos, de tal manera que este nuevo espacio se quedó cerrado esperando otro momento más oportuno…

Cuando nos dejaron volver a salir, retomé la actividad de Fátima Angulo preparando pedidos para las comuniones y las pequeñas bodas que se han podido celebrar este verano, y además puse en marcha una colección más casual de inspiración marinera que por suerte os encantó. ¡Agotásteis muchas prendas!

A finales de Junio recibí una llamada, que en cierta manera era de esperar. Me ofrecieron trabajo de enfermera en Granada, en UCI y automáticamente dije que sí. Llevaba muchos años sin pisar un hospital, y aunque me embargó el miedo, ¿me acordaría de todo lo estudiado?, di un paso al frente y me enfundé el pijama, arrastrando con esa decisión a Sergio y a Martina que me acompañaron sin pensárselo.

Como sabéis yo soy de Granada, así que volví a vivir después de 16 años con mis padres, que a pesar de saber que iba a trabajar en el campo de batalla, nunca dudaron en acogerme, a mí y a mi familia. Y así hasta finales de Octubre, hemos estado yendo y viniendo de Elche a Granada, ajustando turnos, recorriendo kilómetros infinitos. Porque la web ha seguido funcionando, algunas incluso habéis venido a verme en persona, cuadrando días, y adaptándoos a lo que os he podido ofrecer.

En Octubre estaba prevista nuestra boda, y la verdad es que aunque teníamos todo el papeleo tramitado, Sergio su traje, y yo mil cosas a medio preparar, hasta el verano prácticamente no tomamos la decisión definitiva. Íbamos a celebrar una boda pequeña, sólo familia y algunos amigos íntimos, gente con la que independientemente de casarnos o no, no dejábamos de estar en contacto, así que pensamos que celebrar la boda no suponía exponer a nadie a un riesgo extra de contagio. Evidentemente yo que estaba más expuesta, me hice las pruebas correspondientes y supe con certeza que era negativo.

Así que el 11 de Octubre nos casamos, en Granada, como os conté por redes, una boda íntima, en un cortijo andaluz. Apenas tuvimos unos días de relax postboda, y nuestra luna de miel está pendiente de fecha, pero aún así fue un fin de semana precioso, inolvidable, de mucho llanto y mucha risa.

Como os he comentado, a finales de Octubre nos volvimos a Elche y aunque voy a seguir trabajando como enfermera de UCI todo el tiempo que me reste y que Martina me deje, se lo dedicaré a Fátima Angulo, porque quiero seguir vistiendo a Invitadas Perfectas y Novias con Encanto, además de sacar adelante mi sueño compartido con Sergio, nuestra colección de ropa familiar.

Hoy cumplo 34 años, y aunque os he intentado hacer un resumen de cómo han sido estos últimos meses, también os he dejado este vídeo desde mi taller.

¡Mil gracias por leerme!