Hay quien dice que los flecos son inspiración años 20, y yo no lo pongo en duda, aunque sinceramente cuando en Fátima Angulo trabajamos con ellos lo hacemos inspiradas en Andalucía.

Bien sean los largos flecos de los mantones de Manila o los más discretos mantoncillos de flamenca, la caída y el movimiento de un fleco aportan frescura a cualquier prenda.

Son románticos, también atrevidos, favorecen y son elegantes. ¿A que no se les puede pedir más?